Los ictus, también llamado accidente cerebrovascular o ACV, ocurren cuando de golpe algo impide que la sangre fluya bien hacia una parte del cerebro, o cuando hay una hemorragia dentro del cerebro. Al quedar sin oxígeno y nutrientes, las células nerviosas de esa zona dejan de funcionar correctamente, lo que puede provocar daño. Eso puede pasar muy rápido, y cuanto antes se actúe, mejor es la posibilidad de recuperación.
Fisioterapia Neurológica Málaga
Tratamiento de Ictus en Málaga

Ataque Isquémico Transitorio (AIT)
Se trata de un episodio breve con síntomas similares a los de un ictus isquémico —como debilidad, entumecimiento, dificultades para hablar o visión borrosa—, pero que desaparecen por completo en pocas horas (clásicamente en menos de 24). En un AIT no suele quedar daño permanente detectable, pero constituye una señal de alarma importante: indica que existe un riesgo elevado de sufrir un ictus mayor y requiere una evaluación y actuación médica inmediata.
Ictus isquémico
Este es el tipo más frecuente. Ocurre cuando una arteria que transporta sangre al cerebro se obstruye —ya sea por un coágulo, por la acumulación de placas de grasa u otras causas—. Como consecuencia, una parte del cerebro deja de recibir el riego sanguíneo necesario y, si el flujo no se restablece a tiempo, las neuronas de esa zona comienzan a morir.
Ictus hemorrágico
En este caso, la causa es la rotura de un vaso sanguíneo dentro del cerebro o en su superficie, lo que provoca una hemorragia. La sangre acumulada ejerce presión sobre el tejido cerebral, puede dañar las células y alterar su funcionamiento normal.

Cada caso es único, y así lo abordamos
Patologías que tratamos
Ictus
Acompaño el proceso de recuperación desde las primeras fases hasta etapas más crónicas, trabajando la movilidad, el equilibrio y la autonomía, siempre adaptándonos a tu ritmo.
Lesión Medular
Desde la valoración inicial definimos objetivos realistas y funcionales. El trabajo se centra en potenciar lo que sí puedes hacer, mejorar el control postural y favorecer la independencia.
Trastorno neurológico funcional
El sistema nervioso no procesa bien la información, lo que provoca síntomas reales y molestos, pero que no se deben a una lesión o enfermedad que se pueda ver en las pruebas médicas que existen hoy en día.
Esclerosis múltiple
Enfermedad en la que el propio sistema de defensa del cuerpo ataca por error la protección de los nervios (mielina). Esto causa un desgaste en la protección de los nervios y daños en las conexiones nerviosas
Enfermedad de párkinson
Enfermedad crónica y progresiva, en la que el cerebro va perdiendo gradualmente la capacidad de producir dopamina, una sustancia fundamental para el control del movimiento y el equilibrio
Traumatismo craneoencefálico
Sucede cuando un golpe o sacudida fuerte en la cabeza provoca una alteración del funcionamiento cerebral, demostrable por evidencia clínica o pruebas —como la pérdida de conciencia, confusión, amnesia o síntomas neurológicos— desde leves hasta graves






Preguntas frecuentes
La rehabilitación busca recuperar, en la medida de lo posible, las funciones físicas, cognitivas y del habla afectadas tras un ictus, a través de terapias personalizadas como fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia y apoyo psicológico.
Lo ideal es iniciar el tratamiento lo antes posible, generalmente dentro de las primeras semanas después del evento, siempre que el estado médico lo permita. La intervención temprana aumenta las posibilidades de recuperación funcional.
La duración depende del grado de afectación, el estado de salud general y la constancia en la terapia. Puede extenderse desde algunos meses hasta años, con revisiones periódicas y planes de mantenimiento a largo plazo.
La rehabilitación no solo ayuda a recuperar movilidad, lenguaje e independencia, sino que también mejora la calidad de vida, disminuye complicaciones y brinda herramientas tanto al paciente como a su familia para afrontar el día a día.